La Comadreja salió de su guarida para traer cosas nuevas
Un encuentro con el pasado
Jugando a ser grandes nos volvimos grandes, queríamos de niños ser adultos sin pensar el la responsabilidad que conlleva hacerse cargo de uno mismo, de una familia, de un negocio, tremendo conflicto que nos hace querer ser niños otra vez, regresar a la protección de nuestros padres, al punto donde se iniciaron todos los sueños que quizás dejaron muchos en el camino, jugando a ser mayores fue que poco a poco perdimos el rastro de los amigos y el contacto ahí quedo.
Ocupados en nuestro trabajo dejamos de lado las actividades pasadas, las charlas interminables, las visitas, las reuniones, los paseos, asumimos nuevos retos, nuevas deudas, nuevos hábitos hasta que un encuentro casual con una amiga del pasado rompe con la nueva rutina, los recuerdos como en un diluvio se vienen y las preguntas de que fue de tal amigo y te acuerdas de esa chica, recuerdas la vez que paso esto y paso lo otro…
Todos siguen un camino, unos lamentablemente nos dejan, otros se dejan al abandono, encuentras que tus amigos terminaron una carrera, otros se dedicaron a un negocio, aunque suene difícil hasta los encuentras tras las rejas, no fue la suerte ni el destino, fueron sus decisiones, la bendita elección diaria de que hacer y que no hacer, todo eso ocurre en el interminable girar de nuestro planeta.
Esa mirada hacia atrás tiene sus riesgos, pueda que nos ubique en una posición de no avanzar mucho a comparación de otras personas, nos puede hacer sentir frustración por las cosas que no hicimos bien o que ni siquiera hicimos por algún motivo, pero también recordar nos puede motivar a retomar los proyectos que dejamos o fortalecerlos si los tenemos estancados.
Cuando emprendemos misiones lo hacemos por esa vocación de hacer lo que nos gusta hacer, la expectativa la tiene la familia, los amigos pero es nuestro el timón y nosotros llevamos el rumbo, lograr nuestro propósito llevara la medalla de reconocimiento de muchos, quizás de pocos pero la realización será solo nuestra, por está razón es importante tener a esas personas que nos recuerden que quisimos hacer cuando fuimos niños, lo que de adolescentes perfilamos, esas ideas que de jóvenes defendimos.
Muchas cosas cambian en nuestras vidas pero otras permanecen igual, muchas son las que olvidamos y otras quedan para acompañarnos diariamente, surge una idea demasiado radical, como cuando la computadora se satura de cosas y se cuelga y hacemos de todo para que no se ponga lenta y reaccione, primero cerramos las ventanas que están muy pesadas y guardamos la información para que no se borre pero en momentos es necesario resetear y darle un descanso a la maquina, ¿lo mismo podremos hacer en nuestras vidas?
Todo lo que puede causar un encuentro ocasional es un buen punto para reorganizar nuestras vidas, planificarlas de mejor manera, buscar esos buenos amigos que siempre son positivos para refrescarnos lo que somos y lo que queremos ser, tener estabilidad es muy importante pero la estabilidad fuera de los objetivos que nos trazamos es simplemente cumplir con el día pero no con la vida.